Existe un dicho popular que afirma que segundas oportunidades nunca fueron buenas.
Sin embargo, siempre existen gratas excepciones a la norma que merece
la pena tener en cuenta para poder tener una visión diferente del amor.
Seguro que conoces casos de parejas a tu alrededor que funcionan a la
perfección tras una ruptura.
Incluso, puede que tú misma te hayas dado
cuenta de que tu novia es la mujer de tu vida tras un distanciamiento
temporal. A veces, nos damos cuenta de lo que tenemos una vez que lo
hemos perdido, es decir, en la ausencia de la persona querida
aprendemos a valorar su compañia y el cariño que nos daba.
Las segundas oportunidades a veces sí son buenas. En ocasiones, necesitamos darnos un tiempo a
nosotros mismos para poder analizar la situación e incluso para
recuperar la ilusión. Sin duda, tras una ruptura es necesario pensar y
reflexionar en qué es lo que queremos; si
queremos poner punto final a la historia, o volver a cultivar la
semilla del amor con ilusión, magia y dedicación.
Antes de retomar una historia la comunicación y el diálogo
es prioritario, de lo contrario, corremos el peligro de dar las cosas
por supuesto y que el tema a nivel sentimental vuelva a retomar el
mismo rumbo. Debemos decirle a la pareja qué es lo que nos gustaría que
cambiase y qué esperamos de esta nueva etapa.
Del mismo modo, debemos estar atentas y receptivas para escuchar con
detenimiento a la chica para que pueda expresar sus sentimientos
y sus expectativas. Está claro que el éxito de una historia de amor
requiere de un trabajo de equipo en el que lo más importante es que
cada uno podamos aprender de nuestros errores. Lamentablemente, a
veces, las personas tropezamos dos veces en la misma piedra.
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