Capitulo II
Los hermosos nueve meses pasaron y una noche totalmente llena de estrellas y una media luna más grande de lo normal, los gemelos decidieron salir al mundo; Martha dio a luz un rosado y regordete niño al que nombraron Carlos; y a una hermosísima y saludable niña a la cual llamaron Carolina. Cinco largos y prósperos años pasaron, los gemelos no padecieron enfermedades peligrosas y siempre mantuvieron una energía completamente alegre y cariñosa; los cuatro eran muy felices, Manuel llevaba un buen trabajo y Martha se dedicaba de forma absoluta a sus hijos. Una mañana notó que tal vez la familia crecería de nuevo, esta vez la nota apareció en la mochila de Manuel, el cual al leerla regresó a casa del trabajo lo más rápido que sus piernas le permitían, la escena fue igual de conmovedora, las lágrimas no se hicieron esperar y los niños saltaban de alegría alrededor de esa hermosa escena. Al llegar el sexto mes del esperado embarazo, Jazmín se acercó a Martha con una angustia un tanto desconcertante, -Ella puede ser la perdición de tu familia completa e incluso de la comunidad si lo que he visto es cierto-. Martha se alejo llena de miedo y con sus dos hijos a su lado, caminó lo más aprisa que su embarazo le permitía y se encerró en casa hasta que Manuel regresó. – ¿Qué te pasa, te sientes mal?- -Jazmín me dijo que la niña que esperamos no es bien recibida, que podrías ser el fin de nuestra familia y de la comunidad si es que llegase a nacer. -¿Qué?, ¿Por qué te dijo eso?- -No lo sé, pero me dio mucho miedo así que volvimos a casa y no hemos salido ni abierto las ventanas desde entonces-.- Vaya, debió impactarte mucho, pero debes estar tranquila que esa niña nacerá y será tan buena gitana como tú-. Manuel besó a Martha en la frente y la abrazó. Al nacer la pequeña Renata, las cosas fueron perfectas, ella era una niña hermosa y muy querida por todos los miembros de la familia. La comunidad entera asistió nuevamente a la presentación del nuevo fruto de la comunidad, como lo hacía con cada uno de los bebes que nacían. Para todos Renata era una gitana más y sus padres eran los primeros en sentirse orgullosos de los logros de todos sus hijos. Carlos, Carolina y Renata poco a poco fueron aprendiendo todos los oficios, necesidades y tareas que debían realizar dentro de la comunidad, obligaciones que realizaban con gran dedicación y entusiasmo; aspectos que hacían que sus padres fuesen felicitados por otros aldeanos, lo cual los llenaba de orgullo.
Los responsables chicos crecieron hasta alcanzar la adolescencia, sus vidas eran divertidas, responsables y lo más gitanas posibles. -Por qué todos siempre debemos ser los mejores gitanos, ¿Qué no podemos ser algo más?, ¿no hay nada más allá afuera?- Renata cuestionó a sus hermanos, los cuales no tuvieron respuesta para ella; así que al llegar a casa Renata cuestiono a su padre, quien sintió un hueco en el estómago al recordar que su hermosa Martha había comenzado con las mismas dudas cuando salió de su casa hacía tanto tiempo atrás; su inmenso miedo le impidió poder contestar y con un tono autoritario le indicó a su hermosa Renata que esas eran preguntas que ninguna buena gitana debía hacerse y que debía olvidar el tema. Renata siguió con su vida aunque ya no tenía el mismo interés que antes, ella quería ser diferente; ella era diferente. Jazmín se acercó a Renata, - Niña, debes irte, la comunidad no sufrirá por ti, tus ideas y dudas no destruirán todo lo que por años hemos logrado-. Renata sorprendida llegó a casa más noche que nunca, su cabeza daba vueltas y sentía que el aire le hacía falta, -Me iré a dormir, estoy muy cansada y… nos vemos mañana-. Todos se despidieron de ella y cada quien siguió con las labores que habían comenzado. Al día siguiente todos se despertaron muy temprano para seguir con las labores diarias dentro y fuera de la comunidad, el atractivo y tostado Carlos salía por la mañana acompañando al padre, mientras que las chicas se dirigían a sus trabajos de la comunidad en compañía de Martha; todas excepto Renata quien alegando un dolor de estómago permaneció en casa dispuesta a averiguar el significado de las extrañas palabras que la anciana le había dicho.
Renata se encontraba frente a la vieja tienda de Jazmín y está la hizo pasar, como si la estuviera esperando, -pasa, tengo las respuestas a las preguntas que no te dejan dormir-, Renata entró a la tienda y se sentó sobre un cómodo sillón de terciopelo. –Vamos niña qué es a lo que viniste aquí, ¿A sólo saludar a una anciana que puede leer el té?-. –No, tienes razón, quiero saber ¿quién soy?, o ¿Por qué me es tan complicado ser como los demás?-; -Nunca has hablado de esto con tu madre, tal vez ella pueda ayudarte, ¿Por qué no le preguntas cómo fue que ella llegó aquí? Y ahora sal que tengo más cosas que hacer-. –Pe... pe… pero…- , -Vamos niña fuera de aquí-. Jazmín literalmente corrió a Renata, y ella con aún más dudas de las normales se dirigió hasta donde estaban su madre y su hermana y realizó sus tarea como diariamente lo hacia. Al terminar todas sus labores la familia regresó a casa para la cena, pero Renata tenía otros planes; ella quería ir al campo a ver las estrellas cosa que hizo sin avisar a nadie. Mientras tanto en casa se hablaba de la extraña conducta de Renata. –Hoy no viniste a cenar- Martha recriminó a Renata mientras la esperaba en los pequeños escalones de la casa fumando un cigarrillo. -¿Cómo fue que llegaste aquí? ¿siempre viviste aquí?-, las preguntas le cayeron como bomba a Martha, - No, eso es algo que pasó hace mucho tiempo-; -Mamá debo saber, tengo muchas dudas y la vieja del tarot me dijo que tal vez tu me podrías dar algunas respuestas-, -Sabes, cuando tenía justo la misma edad que tú, le hice la misma pregunta a mi madre, y ella me contestó que no tenía las respuestas que buscaba, así que salí de mi casa en busca de ellas; y mi mejor consejo será decirte que tal vez tú debas buscar las tuyas; a me dio resultado, si bien la vida no ha sido tan excitante como yo estaba buscando, me dio la mayor alegría que he tenido que son ustedes, mi familia; mis dudas me trajeron aquí; quién sabe tal vez a ti te espere algo aún mejor-. Ambas se abrazaron y acordaron que esperarían a que Martha hablara con Manuel, y que si llegaba a la misma conclusión partiría después de la gran fiesta de fin de año que se realizaría a finalizar la semana. Y así las cosas quedaron asentadas, y Renata partió justo dos días después del fin de año gitano. Su camino inició con halagos y buenos deseos, pero nadie sabría que es lo que le esperaba.
El viaje había comenzado hacía algunos meses ya Renata llegó hasta la cuidad de Leed al norte de Inglaterra, ahí conoció a un apuesto marinero, desgraciadamente ese amor de los mares causó un gran desastre, pues después de casi 6 meses separada de su familia, Renata decidió volver a casa, pero no iría sola, su marinero real vendría a casa con ella. –Vaya así que aquí es donde la comunidad de gitanos más grande de Inglaterra vive-. A Renata le pareció extraño el comentario, o más bien el tono del mismo, que realizó John. Ambos entraron en casa de la familia de Renata y fueron recibidos como iguales por el resto de la comunidad, para todos John era un gitano más. Renata quedó embarazada al año siguiente y John fue promovido a un mayor puesto dentro de la Marina Inglesa. La Reina de Inglaterra de un día para otro mandó ejecutar a todas aquellas comunidades que no estuvieran dentro de la civilización Inglesa, y fue John quien tenía que desaparecer todos estos grupos. Y la guerra comenzó, los marines lucharon contra todas las pequeñas comunidades guiados por John, hasta que llegaron a donde Renata vivía, -Debemos sacarlos de aquí-, -Renata no vamos a salir de aquí, no podemos salvarnos soló nosotros cuando todos somos una familia, todos los gitanos que han muerto a manos de John no pueden quedar como si nada, debemos luchar-. –Papá no podemos luchar en contra del hombre que amo-, - y entonces ¿cómo es que él sí puede matar a los de nuestra clase? - ; - Es por eso que él está mandándonos ayuda para que todos nosotros salgamos con vida, nos ofrece una vida en Leeds, una vida para todos-. .No hija, no abandonaremos a los que nos han dado incluso más de lo que necesitamos o merecemos, por eso somos una comunidad, somos uno mismo-.
La guerra fue declarada, los gitanos usaron todas sus rústicas herramientas y confiaron ciegamente en la sabiduría y magia de la anciana Jazmín. La batalla comenzó, los marines atacaron con bombas y armas de fuego; mientras que los gitanos lucharon con flechas, algunas viejas armas, y con la magia creada por Jazmín. La familia de Manuel y Martha huían despavoridamente con los hijos de los tres hermanos, la escena era caótica, las familias enteras corrían lo más rápido que podían hacia la seguridad de los bosques que los rodeaban. John y su ejército de marines mataban sin remordimiento alguno a todos aquellos hombres, mujeres, ancianos y niños que meses antes lo habían hecho sentir parte de una extensa familia. Carlos y Manuel, al igual que muchos otros gitanos, murieron a los ojos de su de todos, asesinados mientras querían huir para reunirse con el resto de su familia, John fue quien dio la señal de fusilamiento y así todos murieron. Las mujeres, incluidas las de la familia de Manuel, fueron violadas y torturadas; incluso la misma Renata fue torturada por su propio loco esposo. Martha al recibir el disparo que terminaría con su vida, se despidió del mundo y cerró los ojos.
Martha abrió los ojos al sentir que una gran gota resbalaba por su frente, -la sangre de mi cráneo debe estar escurriendo por mi frente, ni eso puede hacer bien John-, Martha pensó, luego sintió otra y otra y se despertó rápidamente al verse empapada por la tormenta que en el cielo se había formado mientras dormía, ahora ya sabía que era lo que había al final del lado izquierdo del camino; así que huyendo de la lluvia, corrió hacia el futuro en espera.
=CR=
q buen cuento circe la verdad te enamora la historia además de que te idenyificas con ella pues quien no ha setindo que no se encuentra en este mundo
ResponderEliminar